Planificar y organizar tu alimentación

Planificar y organizar tu alimentación

Planificar y organizar te ayuda a llevar una alimentación mas sana.

A la hora de llevar una alimentación equilibrada, es básico llevar una buena planificación ya que es el paso previo a llevar una dieta equilibrada. Si no se hace así resulta casi imposible o muy difícil conseguir tener una adecuada ingesta de nutrientes.

Planificar la confección del menú:

El primer punto que debes tener en cuenta a la hora de planificar, es pensar que es lo que vas a comer. Resulta muy útil elaborar un menú semanal, puede que ya tengas una estructura en la mente de lo que vas a comer durante la semana. En cualquier caso, plasmarlo en un papel te ayudará a comprobar si estas siguiendo las bases de una alimentación equilibrada en el que primen las verduras y las frutas, las legumbres y los cereales en grano que se complementen con lácteos, huevos, carnes magras y pescado. El hecho de tener el menú confeccionado, además de garantizarte que la dieta sea mas equilibrada, te ayuda a que sea más fácil darle variedad al menú introduciendo recetas innovadoras y variaciones. Es interesante, además, que en estos menús elijas alimentos de temporada ya que son los mas frescos, nutritivos y apetecibles.

Planificar la adquisición de alimentos:

Una vez que tengas bien establecido lo que quieres comer durante la semana, pasarás a la adquisición de los alimentos. Es conveniente hacer una compra consciente donde no te dejes llevar por los reclamos de algunos productos alimenticios de muy bajo valor nutricional y alto valor calórico que no conviene tomar. Llevar una lista de la compra concreta, en base al menú que has preparado, es de gran ayuda para conseguirlo. Además, ahorrarás tiempo y dinero durante la compra.

Es conveniente planificar el momento de hacer la compra.

Hacer la compra de forma inteligente y no dejarse llevar por los impulsos es básico para llevar una buena alimentación. Para ello, es conveniente haber hecho el primer punto, planificar lo que vas a comer. De esa forma, podremos prever las necesidades evitando alimentos superfluos o evitando que se nos quede algo sin comprar.

No compres comida por si acaso viene alguien, luego te lo acabas comiendo tú. Si viene alguien, seguro que agradece comida sana. Otra trampa que se debe evitar caer es tener para los niños galletas, bollería, lácteos azucarados, zumos azucarados, etc. Lo que no es conveniente para un adulto, tampoco lo es para los mas pequeños. De hecho, lo es menos. No generes en los pequeños «vicios» de los que tu estas intentando huir, ellos estarán encantados con un yogur con cereales (integrales y sin azucares), frutas cortadas, leche o un bocadillo de pan integral con alimentos saludables.

Preparación de alimentos:

El tercer paso sería la preparación del alimento. Está claro que para esto se requiere dedicación. Por ello, te ayudara mucho volver al menú establecido y valorar cuanto tiempo te puede llevar realizar este trabajo. Después, valorar como va a ser el ritmo de vida de la semana y prever en que momentos vas a poder dedicar tiempo a cocinar. Así, puedes detectar si necesitarás dejar algo adelantado para días que tengas más ocupados. Dejar elaborada la comida de dos o tres días es una práctica que simplifica mucho la tarea en las semanas que tengas mas ocupadas. De ésta forma, será suficiente dedicar un par de días a cocinar.

Si por el contrario tienes la opción de dedicar cada día de forma constante un poco de tiempo, es adecuado optar por técnicas culinarias simples. Son rápidas a la vez que sanas, como por ejemplo, la plancha, horno, vapor o con la olla a presión.

Las técnicas sencillas de cocina son rápidas y sanas.

Proveerse de comida preparada y/o congelarla o utilizar conservas o alimentos en bote (siempre lo mas sanos posibles y no para usarlo con regularidad), es también una estrategia conveniente para estar preparada en caso de tener imprevistos. En esos momentos, podrás seguir con tu alimentación sana y no caer en hacer ayunos prolongados, intercalar comidas insanas o comer en forma de picoteo por el echo de no tener tiempo para cocinar.

Comer:

El cuarto punto es algo que, a priori, puede parecer obvio pero que en muchas ocasiones no se le dedica el tiempo y la atención necesarios. Es el propio acto de comer. Dedicar tiempo a comer es fundamental. Sentarse, comer entorno a una mesa, preparar un plato apetecible, comer despacio y prestar atención a lo que se esta ingiriendo, saborear los alimentos y disfrutar de ellos, te hace tomar consciencia de que se está comiendo. Las necesidades de placer y saciedad que proporciona la comida quedan cubiertas de una forma sana, evitando comer después para tapar o potenciar emociones.

Respetar los horarios de las comidas ordena la alimentación a lo largo del día en función de los horarios. Tu actividad diaria ayuda a regular el hambre y la cantidad de lo que se come. No olvides que la merienda y media mañana son también parte de tu alimentación y que es un buen momento para introducir la fruta y llegar a las raciones recomendadas.

Por lo tanto, planificar un menú semanal, hacer una compra inteligente y dedicar el tiempo y atención suficiente a cocinar y comer son claves indispensables para conseguir llevar un dieta sana y equilibrada.

Autor

  • Cristina Pérez Garay

    Dietista-Nutricionista en Donostia. Grado en Nutrición Humana y Dietética en la Universidad de Navarra. Más de 20 años de experiencia. Escribo en este blog como experta en Nutrición y Dietética.

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